
Descubrí este libro gracias a la librería Laie Pau Claris, de la que sale el 90% de mi biblioteca personal. Tiene un encanto particular, algo que te invita a pasear y recorrer con la mirada todo cuanto se muestra en ella. Se respira silencio y sus pasillos prometen infinitos mundos. Entre sus paredes, hay unos estantes en los que el librero coloca una quincena de recomendaciones literarias. A mediados de abril, La biblioteca en llamas figuraba entre ellas. Atraída por el color de la portada, roja con letras doradas, ojeé el libro. Enseguida me intrigó. Noté como nacía ese inconfundible deseo de llevármelo. De tenerlo entre mis manos. De devorarlo. Pero, resistí a la tentación de añadir otro gasto a mi cuenta corriente. Influyó el sentido común. También, la vergüenza que siento cada vez que añado otro ejemplar al montón de libros pendientes de lectura que tengo en casa.
No obstante, y sin poder remediarlo, durante los días posteriores pensé varias veces en el libro. El tema había despertado mi interés. Y llegó la excusa ideal: Sant Jordi. Ese día la conciencia se distrae observando los innumerables tenderetes abarrotados de libros. Mientras se distrae, la tentación anda al acecho. Tanto, que ceder parece inevitable. Y, lo que días antes habría resultado imperdonable, ese día fue excusable. Así que, sin remordimiento alguno, fui a buscarlo. Tres semanas después, empecé a leerlo. No respeté mi orden de lectura, regido por un criterio cronológico de compra. Hay que asumirlo: existen libros que te ordenan sumergirte entre sus páginas lo antes posible. ¡Sin demora! Y yo, lectora obediente, acato.
¿De qué va el libro? Cuenta la historia de un incendio olvidado. Incluso desconocido para mucha gente, porque coincidió con un terrible accidente nuclear: Chernóbil. ¡Seguro que te suena! Fue uno de los mayores desastres medioambientales de nuestra historia. Liberó una cantidad de materiales radioactivos 500 veces mayor a la de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima en 1945. Como es comprensible, el mundo periodístico se centró en informar de este desastre. Mientras, en la otra punta del planeta, ardía la Biblioteca Pública de Los Ángeles. Aquel incendio supuso la mayor pérdida en una biblioteca pública de la historia de Estados Unidos. Perecieron 400.000 libros y 700.000 quedaron dañados. Para que te hagas una idea, esta cantidad es igual al número total de libros de quince bibliotecas normales. ¡Quince! Si ya de por sí estas cifras resultan sobrecogedoras, la pérdida del alto valor histórico de muchas obras resulta desgarradora: además de miles de volúmenes literarios, perecieron todas las obras de teatro estadounidenses y británicas hasta la fecha; 5,5 millones y medio de patentes estadounidenses registradas desde 1799, con dibujos y descripciones; el 75% de los microfilmes de la biblioteca; y así un largo etcétera.
Para extinguir el incendio, fueron necesarios casi todos los bomberos de la ciudad de Los Ángeles. Además, se requirieron, entre otras cosas, 1.400 botellas de oxígeno y más de 11 millones de litros de agua. ¡Qué barbaridad! ¿Lo peor? ¡Fue un incendio intencionado! La biblioteca en llamas es el resultado de una investigación que ha durado 10 años y con la que la autora da respuesta a dos grandes interrogantes: quién causó el incendio y por qué.
Para las personas amantes de los libros, es apasionante desde la primera página. Eso sí, se sufre leyendo. El relato del incendio es tan visual que parece que estés allí, viendo con tus propios ojos cómo avanzan las llamas. Cómo devoran librerías enteras repletas de libros. Cómo consumen historias sin piedad, ni delicadeza alguna. El fuego avanza sin que puedas hacer nada para evitarlo. Puedes sentir en tu piel cómo sube la temperatura entre las paredes de la biblioteca. Cómo todo arde espontáneamente cuando se alcanzan los 1.300ºC. ¿Y dices que te achicharras con 40ºC?
Si ya sientes un afecto especial por tu biblioteca personal, esa que has ido conformando con el transcurso de los años, espérate a leer este libro e imaginarla ardiendo. ¡Llorarás!
Guau, qué interesante. Me lo apunto para leerlo ya. Gracias por la recomendación. Un beso enorme. 😘
Gracias Gloria, ¡ya me dirás qué te ha parecido!
Besote!
Muy interesante Virginia!! Gracias por compartirlo!