

Queridísima Juana se publicó en otoño del 2015 y se dio a conocer en enero del año siguiente, con una presentación en Barcelona. Aunque desde entonces ya han transcurrido casi cuatro años, recuerdo aquel día como si fuera ayer. ¡Estaba hecha un manojo de nervios! Me sudaban las manos y se me quebraba la voz. Mi editor me dijo que era algo normal, que se mueven muchas emociones cuando das a conocer al público tu obra por primera vez. En mi caso era totalmente cierto. ¡Y eso que estaba arropada por mucha de mi gente! Acudieron tantas personas que hubo que añadir más sillas de las previstas y, aún así, mucha gente se quedó sin. No puedo imaginar un recibimiento mejor. Aquel día QJ dejó de ser mía. Pasó a ser de quien salía a buscarla y la leía.
Con el paso del tiempo, empezaron a llegar comentarios. En persona, por mail, WhatsApp, Facebook, a través de personas amigas y conocidas. Por medio de sus páginas, las protagonistas empezaron a repartir risas, reflexiones, datos curiosos y, también, alguna lágrima. E, inevitablemente, surgieron preguntas: «¿Quién eres de las cuatro amigas?», «¿Está basada en hechos reales?». ¡Jamás confesaré! (Aunque, dicen, la primera obra literaria de un escritor es la más autobiográfica…). Lo que sí quiero compartir contigo es lo que motivó esta novela: la imperiosa necesidad de reír y de hacer reír. La empecé buscando una salida al agujero en el que me había caído tras una dolorosa ruptura sentimental. ¡El humor como herramienta! Pero, por el camino, se convirtió en un proyecto para recuperar el sonido de la risa de mi madre, aquejada de un cáncer de pulmón. Estaba convencida de que Manuela conseguiría arrancarle alguna carcajada. Por desgracia, no pudo ser. La enfermedad se la llevó antes de que acabara de escribir. Jamás sabré si le habría gustado. Aunque no pude cumplir con mi objetivo primordial, me resulta inevitable pensar que, si hay tanta gente a la que le ha gustado QJ, quizá ella también habría disfrutado con su lectura. Pero, siempre queda la duda. Ese eterno interrogante que no hallará jamás respuesta.
En contrapartida, y siempre agradecida, te tengo a ti, que me lees. Junto con varios lectores más. ¡Y los hay muy viajeros! Porque, lo que no podía prever de ninguna manera, era que QJ viajaría a lugares remotos en su maleta. Durante su primer verano de existencia, la novela no solo estuvo en Barcelona. Visitó Bali, Beceite, Boldís Sobirà, Extremadura, Indonesia, India, Jaén, Mallorca, Roma, Santander, Sant Pol de Mar y Singapur. ¡Casi nada! Pero, aún hay más: ¡continúa viajando! Este verano ha estado en Japón, Maldivas y Santa Coloma de Gramenet. ¡Alucinante! Gracias a todas y todos por llevaros QJ como compañera de vacaciones, por enviarme una fotografía a modo de testimonio. Por mostrarme que, detrás de cada fotografía recibida, existe una persona cómplice. Quizá no lo sepas, pero me animas a continuar escribiendo. Transmitiendo sentir. Dibujando sonrisas. ¡El mundo es más amable con gente como tú! En especial, gracias a los/as fotógrafos/as Ángela, Àngels, Bego, Bet, Espe, Eugeni, Eulàlia, Jordi, Lourdes, Montse, Núria, Paula, Paz, Robert, Sara, Sarah y Xavi. También a las peludas Mamba y Nala. Me dejáis sonriendo, con la piel de gallina, mirando al cielo, mientras pienso «¡Va por ti mamá!».
Queridísima amiga:
A tu madre le habría encantado QJ, porque estás tú por los cuatro costados, en cada personaje, en los pequeños detalles del día a día que hacen la vida más hermosa y emocionante, en las travesuras y en esa actitud de reivindicar la alegría y la amistad que te caracteriza. Así que sí, estoy segura de que la habría disfrutado tanto como la hemos gozado quienes la hemos leído y releído. Un abrazo enorme.
¡Gracias Gloria por tus cariñosísimas palabras! Abrazo inmenso.
¡Cartagena, mandaré mi foto 😅! Sabes muy bien que le ha gustado, no solo porque es genial sino porque lo has hecho tú.
Eres un amor María del Mar, ¡gracias por tu apoyo constante! Abrazote gordo!!