Saltar al contenido →

Una década para el corazón

Se acaba una década y es inevitable mirar atrás. ¿Puedes recordar dónde estabas hace diez años? ¿Cuánto de la persona que eres hoy existía por aquel entonces? Es un ejercicio complicado. Te remueve por dentro. Incluso da vértigo. ¡Suceden tantas cosas en diez años! Aun así, te propongo que lo hagas. ¡Descubrirás cosas interesantes! Lecciones para la futura década de los veinte, esa que ya asoma la nariz.

A medida que caminamos por la vida, cambiamos. La vida es puro movimiento. En nuestro trayecto nos cruzamos con infinidad de personas. Algunas permanecen durante bastante tiempo a nuestro lado. Otras, son como una estrella fugaz. Pero todas, de algún modo u otro, dejan huella. Llenan tu mochila personal, esa que llevas a cuestas y que tanto condiciona tus movimientos. Del mismo modo, tú estás en la mochila de otros. Para bien, ¡y para mal! Vivimos múltiples experiencias que nos van forjando como personas. Que nos ayudan a crecer. No es fácil elegir, ¡son tantos los caminos que pueden transitarse! Cualquier elección implica una renuncia. O varias. Por eso es importante elegir bien. Y esto no implica escoger un camino fácil o sosegado. No, implica guiarse por el corazón.

«Hagas lo que hagas, busca el latido» Días sin ti, Elvira Sastre

Lo peor que podemos hacer es convertirnos en autómatas. En muertos vivientes. ¡Hay muchos! Por fortuna, no son tan feos como los de The Walking Dead, pero caminan igual de extraviados. Parece que han perdido la voluntad, y su vida se ha convertido en un cúmulo de obligaciones y responsabilidades que les agobian y oprimen. Pero, hay una buena noticia: ¡se puede despertar! En nuestro camino siempre hay piedras que actúan a modo de señal. Tropiezas con ellas una vez. Dos. Tres. Así hasta que reaccionas. Puede suceder que no despiertes nunca. O que lo hagas demasiado tarde. Por eso es importante estar alerta. Escucharte. Hacerte caso. En definitiva, quererte.

Hace diez años, me hallaba en un punto de inflexión personal. Estaba hecha añicos. Me sentía perdida. Vivía sumergida en un caos emocional y el futuro se me presentaba como algo oscuro e incierto. Pero, aunque parezca algo contradictorio, de aquella fase oscura salí renovada. Del dolor profundo nació mi fuerza. ¿En serio? Sí. Pero, ¿cómo? Escuchándome: me encanta contar historias. Inventadas, reales, maquilladas. Soy una narradora total. Quienes me conocen pueden corroborarlo, ¡tengo tendencia a emocionarme y darle al habla! En ocasiones, en exceso. ¡Puedo enrollarme como una persiana! La culpa es de todo ese mundo interior que me acompaña. Y al que alimento a conciencia. ¡Culpable! Al escucharme, vislumbré en mi interior múltiples personajes e historias que llevaban tiempo silenciados. Y decidí darles voz. Intentarlo. Y por eso me apunté a un curso de escritura. Aquel hecho, que bien hubiera podido parecer algo para ocupar el tiempo, me dio alas. Desde entonces, no he parado de escribir y de crecer con mi escritura. He tenido la suerte de ver publicados varios escritos míos y, además, me he atrevido con la novela. Si hace diez años me hubieras mostrado este futuro, ¡me habría reído en tu cara!

En esta década de escritora visible, por llamarlo de alguna manera, lo mejor ha sido, sin duda, la gente. El camino del escritor no es nada fácil. Rosa Maria Sardà afirmaba hace poco en una entrevista que, en España, hay más escritores que lectores. Eso, unido a que cada año se editan en nuestro país más de setenta mil títulos distintos, te da una idea de lo difícil que resulta abrirse camino en este mundo. Yo me siento arropada por personas que creen en mi escritura. Que cada viernes acuden al blog en busca del último texto. Y que están impacientes por leer una segunda novela. Cuando dudo, cuando siento que me tambaleo, releo sus opiniones y comentarios. ¡Y recargo pilas!

Ahora que estás a punto de abandonar una década para adentrarte en otra, no te estanques. Escúchate. Detecta aquellos sueños que te pertenecen. Rescátalos. Permítete soñar y vislumbrar un futuro mejor para ti. Más auténtico.

Te lo debes.

«Atreverse es necesario para seguir creciendo.» Vanesa Martín

Print Friendly, PDF & Email

Publicado en Compromiso Escritura Historia real

4 comentarios

  1. Marieta Marieta

    Doy fe de tu década y la fuerza que inventaste (pues realmente no te queda y ni podías sacarla) para alzarte más alto, con más fuerza y con mayor sabiduría.

    Soy consciente de que quizás mi imparcialidad cuestione mis palabras, pero también soy capaz de analizar las cosas objetivamente (¿deformación profesional?).

    Sea como fuere, espero otra década llena de tí y permitirme aprender de la vida a tu lado.

    • Virginia Virginia

      Marieta, ¡gracias por tus cariñosas palabras!
      A por otra década compartida.
      Te quiero!

  2. Jordi Ortega Soriano Jordi Ortega Soriano

    Me encanta todo lo que escribes, sigue a si,un seguidor para siempre.

    • Virginia Virginia

      ¡Muchas gracias Jordi! Tus palabras me animan a continuar. ¡Un beso!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *