
El pasado mes de octubre tenía una cita con Dolores Redondo. Esta impresionante escritora iba a venir a Barcelona a presentar su última novela, El lado norte del corazón. Explicaba el por qué de mi alegría en mi entrada Larga espera, ¡pero con tremenda recompensa! Por desgracia, y por circunstancias ajenas a su persona, tuvo que aplazar la presentación. Eran fechas complicadas en la ciudad condal: la sentencia del Procés se hizo famosa y todo el mundo parecía entender de leyes y de justicia. Mientras de día la ciudad se llenaba de protestas pacíficas, de noche, varias calles ardían. Quienes amamos Barcelona sufríamos ante las imágenes de un centro histórico que, al día siguiente, amanecía magullado. Con este escenario, se cancelaron muchos eventos. El de Dolores Redondo no fue una excepción y fue aplazado sin fecha. ¡Qué desilusión!
Desde entonces, la labor de contención para no comprarme el libro ha sido inmensa. Me había prometido que adquiriría la novela el día de la presentación, así que me ví obligada a esperar. ¡La tentación de incumplir ha sido tremenda! Incluso tuve que comprar un ejemplar para una amiga que cumplía años y lo deseaba. ¡Resistí! Cuando, por fin Dolores comunicó que la veríamos dos meses después, ¡salté de alegría! Fue así como, el pasado diecisiete de diciembre, vino para deslumbrarnos. ¡Vaya si lo hizo! Como persona devoradora de libros que soy, he asistido a varias presentaciones. Es hermoso poder escuchar a quien ha ideado un mundo que te ha cautivado. Acercarte un poco a su persona. Sentir que te abre un poco la puerta a ese mundo mágico que alberga en su interior. Sí, he asistido a varias presentaciones y no hay dos iguales. Pero Las hay que dejan huella. ¡Como esta!
Dolores entró en la Casa del Libro de Rambla de Catalunya ovacionada por el público. Vestida de forma elegante y a conjunto con los colores de las portadas de la Trilogía del Baztán (negro y rojo), sonreía mientras nos miraba en silencio. Los aplausos eran intensos, cálidos, emotivos. La sala estaba abarrotada de gente sentada y de pie. Agradeció la acogida y pronto nos sumergió en el mundo de su nueva novela: un asesino suelto en la Nueva Orleans tras el huracán Katrina. Es la precuela de la trilogía, que la convierte en una tetralogía. No necesito leerla para saber que no me dejará indiferente. Lo sé porque, al igual que todo cuanto escribe Dolores, hay un trasfondo de denuncia. Lo reconoció sin tapujos: la pésima gestión por parte del gobierno de los Estados Unidos de una tragedia humana sin precedentes en el considerado primer país del mundo. Las ayudas tardaron cinco días en llegar a la zona afectada por el huracán. ¡Cinco! Sorprendente si tenemos en cuenta que este país puede tardar escasas horas en plantarse en cualquier rincón del planeta. Si le interesa. Para explicar esta tardanza en socorrer a la gente de Nueva Orleans, a la escritora solo se le ocurren motivos racistas y clasistas. ¡Las cosas claras! Y claro, si a la escritura magistral de esta mujer le unimos la denuncia social, ya es para quitarse el sombrero. Pero, hay más. En la trilogía se habla de brujería y mitología. Dolores explicó que es sorprendente ver como el ser humano, sin importar de donde proceda, comparte miedos a lo largo de la historia de la Humanidad. Los nombra de forma distinta, pero siempre significan lo mismo. Incluso los combate de forma parecida. ¡Sorprendente! Dolores siente fascinación por este lugar oscuro que todos albergamos en nuestro interior. Ese poblado por fantasmas, miedos, angustias. Ese que nos arrastra a la perdición en más de una ocasión. Que nos tortura cuando lo visitamos pero que nos ayuda a entender quiénes somos de verdad. Ella le llama «norte». Ese lado norte del corazón con el que titula su nueva novela. Ese que su personaje estrella, la inspectora Amaia Salazar, conoce tan bien y con el que ha cautivado a miles de personas. Sino millones. Amaia protagonizará más novelas, pero vendrán también otras sumergidas en el lado norte con otros personajes. ¡Esto promete!
Por más que lo intente, me cuesta resumirte lo que supuso compartir un rato con Dolores Redondo. Solo se me ocurre una palabra: ¡deslumbrante! Desde aquí, me gustaría aconsejarte que, si no lo has hecho ya, la leas. Si además tienes alguna vez la oportunidad de escucharla, hazlo. Disfrutarás. Aprenderás. Te sorprenderás. Hay personas que están aquí para dejar huella. ¡Dolores te marca!
Regálate escritura de Dolores Redondo, ¡no te arrepentirás!
Me gustaría expresarme como tú.
Pero de donde no hay, Ya sabes …
Por eso hay escritoras res, y una mayoría como yo lectores que disfrutamos de vuestros escritos
¡Gracias Sebas! La verdad es que disfruto escribiendo, es una auténtica necesidad. Gracias por leerme y dedicarme un ratito. ¡Beso!