
Quizá te sorprenda, pero hoy es el Día Mundial del Pistacho. ¡Va en serio! Resulta que este fruto seco es pequeño en cuanto a tamaño, pero gigante en cuanto a lindezas. Tantas, ¡que tiene un día para él solo! El pistacho es uno de los alimentos más completos que se conocen. Contiene múltiples minerales (potasio, calcio, cobre, fósforo, magnesio, hierro, selenio y zinc), vitaminas importantes (B1, B2, B6, E y K), y ácido fólico. ¿Esto qué significa? Que disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, también algunos tipos de cáncer, y reduce los niveles de glucosa en la sangre en pacientes con diabetes. Hay más. ¡Mejora la actividad sexual! Y la producción de espermatozoides, gracias al selenio. También aumenta la calidad del sueño, porque contiene importantes cantidades de melatonina, que es la hormona que regula el reloj biológico interno. Nada mal para algo tan minúsculo, ¿verdad?
El pistacho es originario de la antigua Persia y, mediante las conquistas de Alejandro Magno, llegó a Grecia. En España aterrizó de la mano del emperador romano Tiberio. Poco a poco, se fue extendiendo por países de clima templado (chico listo). Brota de un árbol llamado Alfócigo (menudo nombre) y se tiene constancia de su existencia desde hace 9.000 años. Puede tardar hasta una década en dar fruto, de ahí su alto precio. A cambio, es muy longevo. ¡Puede vivir hasta 3 siglos!
En algunos países se dice que el pistacho parece una cara sonriente, por la ranura que provoca la división de la cáscara en dos partes. En Irán, le llaman «fruto sonriente», y en China, «el fruto seco feliz». De hecho, en el Año Nuevo Chino es un regalo muy popular porque se cree que atrae la felicidad.
Existe una variedad muy apreciada, conocida como «el oro verde de Sicilia». Se cultiva en las laderas del volcán Etna, y por lo visto es una auténtica delicia.
No sé a ti, pero a mí me encantan los pistachos. En más de una ocasión he estado a punto de romperme un diente intentando comerme los que estaban cerrados. Son tan golosos que renunciar a ellos no era una opción. Imagino que mi subconsciente, de algún modo, sabía que es un alimento muy nutritivo y beneficioso. Normal que esté aconsejado comer un puñado de pistachos al día. Si se trata de tener una buena salud, ¡toda ayuda es bienvenida! Si algo nos está enseñando la dichosa pandemia es que la salud es lo más importante. Así que si no acostumbras a pistachear, hoy es un buen día para empezar a cuidarte. Y a lo mejor, de paso, el pistacho te contagia su sonrisa.
El Joan también es un apasionado de los pistachos 😉