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Oxigénate con un clic

No conozco a nadie a quien no le guste asomarse a otras vidas. Cotillear. Curiosear. Nos guste o no, todos somos espías. Admítelo, no pasa nada, ¡es algo natural! Alfred Hitchcock lo sabía y lo mostró en su magnífica e inolvidable La ventana indiscreta. La tecnología ha facilitado esta tarea, porque nos ha regalado múltiples ventanas a las que asomarnos para ver lo que sucede más allá de nuestra realidad cotidiana. Por no hablar de las redes sociales, que son importantes fuentes de cotilleo, pistas sobre la desdicha o felicidad de quienes nos rodean.

La necesidad de saber es algo natural, aunque es nociva si se utiliza para medir el grado de éxito o de fracaso en la vida. ¡No caigas en tramposas comparaciones! Lo que se muestra en las redes no representa la vida real, sino tan solo una pincelada. Un ínfimo detalle que, por el motivo que sea, se ha querido compartir con los demás. Hay que tener claro que no es oro todo lo que reluce. Lo advirtió José Saramago, «el mundo se está convirtiendo en una caverna igual a la de Platón: todos mirando imágenes y creyendo que son la realidad.» Nadie está a salvo de las bofetadas de la vida. Nadie. La vida consiste en tocar con las manos el cielo, mientras los pies luchan por salir de un sofocante infierno. Funciona así. Aprendizaje, lo llaman.

Más allá de la imagen individual, existe la del planeta en el que vivimos. Hoy en día, basta con clicar para sumergirnos en otro lugar sin salir de casa. Esta posibilidad se hizo real hace unos años, con Google. ¿Quién no ha paseado el muñeco amarillo de Maps por un lugar querido y añorado? Levanto la mano declarándome culpable porque, cuando me pongo nostálgica, me paseo por Bruselas. Escribo mi antigua dirección y miro la fachada de la que fue mi casa. Descubro los cambios que ha vivido y siento añoranza. Me paseo por la calle, incluso doy la vuelta a la manzana rememorando los paseos con mi amigo peludo Barny. Sí, viajo en el tiempo, pero sin necesitar el DeLorean de Regreso al futuro. Mejor, ¡menos riesgo!

Existe algo todavía más fascinante: observar algo en tiempo real. En las últimas semanas hemos vivido dos acontecimientos que se han transmitido en directo: la erupción volcánica en Fagradalsfjall, a unos 40 kilómetros de la capital islandesa, Reykjavik, y el aterrizaje del Rover Mars Perseverance en el planeta rojo. Ha sido algo increíble. Emocionante. Único. Hay quienes todavía recuerdan la llegada a la Luna, en 1969, de los tripulantes del Apolo 11, que en España narró en directo un joven Jesús Hermida. Aunque hay quienes afirman que aquello fue un gran montaje rodado en unos estudios de cine de Hollywood. ¡Hay creencias de todo tipo! Y menos mal, no hay nada más escalofriante que una verdad única.

Más allá de acontecimientos históricos que merecen una retransmisión en directo, existen cámaras que siempre están activas, salvo avería. Con un solo clic, descubres ciudades, paisajes naturales, ¡animales en libertad! Hay cámaras repartidas por medio mundo en plazas, playas, espacios naturales, canales, y volcanes. En Catalunya, los amantes de la meteorología contamos con las de TV3 que, repartidas en distintas ciudades, playas y montañas, te permiten saber qué tiempo hace en un lugar concreto y cambiar de plan si es necesario.

Como amante de la Naturaleza que soy, lo que más me sorprende es la posibilidad de observar animales en su hábitat, ¡en libertad! Sin invadirlos, sin molestarlos. Las cámaras están colocadas con discreción, en lugares estratégicos que permiten ver imágenes alucinantes en tiempo real. No sé a ti, pero a mí me resulta algo fascinante. ¿Quieres ver pájaros? Es posible observarlos en su nido, ver cómo se rompe la cáscara de un huevo, cómo se asoma al mundo una diminuta cabeza, cómo alimentan a la cría sus progenitores. Si te apasiona la ornitología, conéctate a las cámaras de SEO/BirdLife o Urdaibai Bird Center. ¿Te parece más achuchable un oso Panda? ¡Mira! Si quieres sentir que estás en un espacio natural, puedes visitar Doñana o, en Estados Unidos, los parques nacionales de Yellowstone y California. ¿Solo te interesa África? ¡Vete de safari virtual! Si quieres ver osos pescando salmones, ballenas comiendo focas, jirafas masticando hojas, y así un largo etcétera, visita las cámaras de Skyline y de Explore. Podrás ver prácticamente de todo. ¡Te costará elegir!

En el caso de que el planeta en el que vives se te quede pequeño, o lo tengas ya muy visto porque eres una persona adicta a los documentales de La 2, quizá necesites algo que te sorprenda de verdad, que te muestre la Tierra vista desde el espacio, que te impacte con la belleza del Sistema Solar. Te aconsejo el canal de youtube de Seán Doran, un investigador de la NASA y de la Agencia Espacial Europea. Tiene auténticas maravillas que deleitan de un modo que las palabras no consiguen explicar.

Si el no poder viajar por culpa de la pandemia te pesa, si no te basta con zambullirte en los mundos ocultos en libros, películas, series o documentales, mira al exterior. Observa a tu vecina tender la colada, una abeja polinizar una flor, un perro jugar en el parque, un anciano conservar el equilibrio gracias a un bastón. Y si necesitas más, si sientes que te ahogas, recurre a las cámaras. Elige una, descubre otros lugares, otras culturas, otros seres. Siente la diversidad de la naturaleza. La inmensidad del universo.

Clica y déjate llevar. ¡Vuela!

El aburrimiento se cura con curiosidad. La curiosidad no se cura con nada. Dorothy Parker

FOTO: James Stewart en La ventana indiscreta.

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Publicado en Escritura Historia real Naturaleza

2 comentarios

  1. Gloria Gloria

    Me encanta pasear por tus curiosidades, algunas de las cuales comparto. Siempre es fascinante leerte, muchas veces me siento identificada y otras muchas descubro películas, libros, plataformas o paisajes desconocidos. Hoy, además, nos dejas como regalo un montón de plataformas que nos permiten viajar sin salir de casa, pero, ¡qué ganas de salir para abrazar a amigas como tú! Espero que pronto podamos hacerlo. Gracias por tu entusiasmo y tu mirada.

    • Virginia Virginia

      Gracias a ti, Gloria, por ser una lectora entusiasta y fiel. Tus comentarios me animan sobremanera y me empujan a continuar. Yo también tengo muchas ganas de abrazarte. ¡Ojalá que pronto!

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