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Redescubre la naturaleza

El otro día, mientras cuidaba de mis plantas, tuve una visita. Estaba sentada frente a una Felicia, una planta arbustiva repleta de pequeñas flores azules con el centro amarillo. Es preciosa, resistente y fácil de cuidar, lo que explica su éxito en jardinería. Le estaba cortando algunas flores marchitas, cuando un insecto aterrizó en una sana. Era más pequeño que una mosca común, y tenía el cuerpo a rayas negras y amarillas. Como el de una avispa, ¡pero sin aguijón! Esta repentina aparición hizo que interrumpiera mi labor. Permanecí quieta, observando al diminuto volador. Se situó en el círculo amarillo y frotó con él su cuerpo, mientras se deleitaba con el néctar que ingería. Satisfecho, se trasladó a otra flor, en la que repitió el curioso masaje de barriga. Observé entonces que su movimiento dejaba una cavidad en el centro del polen, que se adhería a sus patas y era trasladado de flor en flor, provocando la polinización. Permitiendo que la vida exista.

Compartimos planeta con millones de seres distintos. Todos y cada uno de ellos tienen una función. Una misión concreta. No siempre somos capaces de comprenderlo y, guiados por miedos absurdos, los matamos. Yo la primera. He perdido la cuenta de la cantidad de arañas y mosquitos que he asesinado. Últimamente intento evitarlo, y les acompaño fuera de casa con la mejor de mis sonrisas (aunque un tremendo repelús me ponga la piel de gallina). Pobretes, si es que son animalitos feos. Aunque eso no justifica el matarlos. En fin, ¡más vale tarde que nunca!

El cambio climático y la pandemia del Covid-19 nos están enseñando que necesitamos redescubrir la Naturaleza. Es imperativo recordar que el mundo es una inmensa comunidad de vecinos interconectados. Nos conocemos poco, a veces nada. Por eso, no consigo comprender el interés que despierta la posibilidad de que exista vida en otros rincones del universo, cuando ignoramos la que nos rodea, la que contribuye de forma directa a nuestra propia existencia como especie. Nos pasamos la vida aprendiendo cosas inútiles, e ignorando otras esenciales para nuestra supervivencia. Por curiosidad, ¿eres capaz de orientarte tan solo mirando las estrellas? Si te mordiera una serpiente en un lugar remoto y sin cobertura, ¿sabrías qué hacer? ¿Y si te cruzaras con un oso pardo? Mejor no te pregunto qué harías si, al bañarte en un precioso lago, te saludara un cocodrilo. ¿Gritarías? Salvo contadas excepciones, ¡no tenemos ni idea de cómo relacionarnos con nuestro entorno!

Hoy es el Día Internacional del Libro, Sant Jordi en Catalunya. Si bien el año pasado no pudo celebrarse, ¡este sí! Regresan a la calle puestos repletos de tentaciones encuadernadas. De mundos nuevos que descubrir y con los que disfrutar. ¡Incluso habrá autores firmando libros! Sant Jordi es uno de mis días preferidos del año. No fue casualidad que inaugurara mi casa virtual con un texto en el que hablaba de dicha celebración. ¿Lo recuerdas? Fue hace dos años, y te proponía leer cinco libros, fórmula que repetí el año pasado. Este 2021 solo te recomiendo uno: El lenguaje secreto de la naturaleza, del biólogo Oscar S. Aranda. Es una joya, una mirada al mundo con unos ojos llenos de curiosidad y de respeto hacia toda forma de vida. No es de extrañar, porque el autor se define, en su cuenta de Instagram, como un «apasionado por todo lo que repta, vuela, camina y nada». Leyendo este libro descubrirás cosas increíbles sobre cocodrilos, libélulas, tortugas, orcas, avispas, árboles, mariposas, gaviotas, hormigas, y así un largo etcétera. Gracias a él, he descubierto que el pulpo tiene un cerebro en la punta de cada una de sus patas. Hay más: tiene tres corazones. Tres. Como cada uno se enamore de un ser distinto, ¡menudo lio!

He disfrutado mucho leyendo a Oscar, e incluso he devorado los relatos que ha publicado en su blog, cuya lectura también te recomiendo. El mundo necesita miradas como la suya, personas comprometidas con la defensa de la vida en el planeta Tierra, incluso a veces en detrimento de la suya propia. En el prólogo del libro cuenta que tuvo que huir de su país natal, porque su defensa de las tortugas marinas interfería con grandes intereses económicos del narcotráfico. ¡Uf! Si te gusta la naturaleza, si eres una persona curiosa a la que cualquier cosa que se mueva le llama la atención, o a la que le interesa el mundo en el que vive, no lo dudes. Regala y regálate El lenguaje secreto de la naturaleza. Es un viaje apasionante del que no te arrepentirás.

Este Sant Jordi, ¡redescubre la naturaleza!

Todas las obras de la naturaleza deben ser tenidas por buenas. Cicerón

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Publicado en Compromiso Historia real Libros Naturaleza

2 comentarios

  1. Te recomiendo el documental «Lo que el pulpo me enseñó». Está en Netflix.

    Me ha gustado mucho el artículo. ¡Gracias!

    • Virginia Virginia

      Muchas gracias por tu comentario y por la recomendación, me lo apunto para verlo. 🙂

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