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La construcción de un hogar

Los pájaros colocan sus nidos en cualquier parte. En primavera trabajan como locos para ofrecerles a sus crías un buen hogar en el que alimentarlas y cuidar de ellas, hasta que llegue el momento de que extiendan las alas y se aventuren por el mundo. En mis paseos descubro nidos de cotorras, que son grandes y ruidosos, de gorriones, que colocan en sitios diminutos, y de palomas. No se por qué, éstas se empeñan en hacerlos sobre rótulos de comercios. Dejan pistas, como pequeñas ramas caídas sobre la acera, que recuperarán en cuanto tengan ocasión. Es una pena que se empeñen en hacerlo ahí, porque es habitual que los dependientes, cansados de tener que sortear sus cacas cada vez que entran y salen del trabajo, acaben tirándolo al suelo para que se marchen. ¡Con las horas que le han dedicado! Primero, días y días buscando materiales de construcción. Después, fabricando el nido. Y, cuando ya creen que está listo para la puesta de huevos, adiós nido. Debe de ser duro, la verdad. Es una pena que nos cueste tanto convivir con los demás seres con los que compartimos planeta. Es que transmiten enfermedades, decimos. Y es cierto, mi primer amigo peludo enfermó por culpa de una garrapata de paloma. Pero la culpa no la tenía ella, sino nosotros, que nos empeñamos en ensuciar y contaminar. ¿Cómo no van a estar recubiertas de porquería?

El ser humano no es el único animal constructor de hogares, aunque creamos que sí. Este hábito se puede encontrar prácticamente en todo el reino animal. Juhani Pallasmaa habla de esto en su maravilloso libro Animales arquitectos. Lo descubrí por casualidad, en uno de mis paseos por la librería Laie en busca de algo especial. Lo encontré en uno de los expositores, esperándome. Y acerté al llevármelo. Es una maravilla. Si te gusta la naturaleza, si te interesa aprender dónde viven los animales y cómo organizan su cotidianidad, te gustará. Explica, entre otras cosas, que las construcciones animales cumplen diversas funciones. Una es la protección, frente al entorno físico, a los depredadores; otra, el almacenamiento de comida. Pero hay más. La hormiga roja europea, por ejemplo, fabrica unos hormigueros con diminutos agujeros en la superficie. Cumplen una doble función, de entrada y de ventilación. Cuando cae la noche y hace frío, los cierran para mantener el calor en el interior. En algunos casos, las construcciones también cumplen funciones decorativas que influyen en el apareamiento. Los pájaros pergoleros, por ejemplo, decoran sus casas con flores multicolores. Y con objetos que incluso pintan. Como pigmento utilizan bayas machacadas y como pinceles, ¡trozos de corteza de los árboles! Más alucinante es lo que hacen los machos del tejedor bengalí y del tejedor estriado, en la India. Para seducir a las hembras, salpican barro húmedo en el nido y pegan a él pétalos de brillantes colores, esqueletos de insectos, plumas, hojas, musgo, piedras y conchas de caracol. ¿Qué te parece? También bailan. Si te interesan las tácticas de seducción de estos seres voladores, te aconsejo el documental de Netflix Bailando con los pájaros. Estoy segura de que te asombrarás, y también te reirás.

Tenemos mucho que aprender del modo de vida de los demás seres vivos. Para empezar, es más ecológico. No usan nada que no necesiten. Lecciones a parte, es interesante mantener los ojos abiertos. Al menos durante la primavera. ¡Suceden tantas cosas a nuestro alrededor! Oscar S. Aranda lo sabe y este año nos está deleitando con la historia de Sole, una avispa que es toda una madre coraje. Empezó a narrar su historia el pasado mes de marzo. Desde entonces, ha compartido con el público la construcción del avispero, el aleteo de Sole para evitar que las larvas se sobrecalienten cuando el sol aprieta, y el nacimiento de sus primeras hijas. Te confieso que nunca pensé que pudiera emocionarme viendo a este insecto formar una familia, ¡pero así es!

Hoy he visto en el suelo, justo debajo del rótulo que llevo días observando, el resto de un pequeño huevo. La paloma ya no estaba en su sitio, ni tampoco las cuatro ramas que había conseguido conservar. La imagen me ha entristecido. No sé lo que ha pasado, si se le ha caído el huevo, si alguien lo ha tirado, si una gaviota se la ha zampado. No sé si has visto alguna en acción, pero son bastante despiadadas. Me ha dado mucha lástima ese triste final. Y también me he enfadado con la madre, por elegir un lugar poco seguro, por no buscar uno mejor. Pero ya se sabe que a las palomas les gustamos los humanos o, al menos, los restos de comida que dejamos por todas partes.

Es importante tener un hogar. Un rinconcito en el mundo donde vivir. Disfruta del tuyo y, si descubres el de algún otro animal en tu balcón, terraza o cornisa, respétalo. Cuídalo. Es tu vecino.

La lección más importante que podemos aprender de las insuperables maravillas de las construcciones animales es la de la humildad, una humildad que, a veces, todos necesitamos. Juhani Pallasmaa

Nota: este texto es el escrito número 100 de mi blog. La cifra impresiona, ¿verdad? No podría haber llegado hasta aquí sin tu interés y apoyo, ¡muchas gracias!

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Publicado en Historia real Libros Naturaleza

3 comentarios

  1. Balbina Balbina

    El viernes hay dos cosas fijas, tu escrito y el bocata de crema de cacao de mi nieto. Las dos son esperadas y dejan un buen sabor de boca. Muchas gracias Virgínia.

    • Virginia Virginia

      Gracias a ti, Balbina. Caramba, estar a la altura de un bocata de crema de cacao es todo un privilegio. Me alegra que te gusten mis escritos y que los esperes cada viernes. Muchas gracias por tus cariñosas palabras.

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