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No son cinco

No-son-cinco

La mayoría de cosas que se enseñan en la escuela se olvidan. Sin embargo, algunas se recuerdan siempre. Un ejemplo: si te pregunto cuáles son los sentidos del ser humano, me dirás que el tacto, el olor, la vista, el oído y el gusto; cinco ¿verdad? ¡Error! Son siete.

Hasta hace poco, la neurociencia era una rama científica que estudiaba solo el cerebro. Se creía que este órgano era el que mandaba en el cuerpo, pero ahora se sabe que no es así. En nuestro interior todo está conectado. ¡Es un trabajo de equipo! Algunas culturas, como la oriental, ya contemplaban esta visión integral del cuerpo, pero la occidental estudiaba cada órgano por separado. Menos mal que la ciencia se está dando cuenta de que estaba equivocada. Rectificar es de sabios.

En la neurociencia actual se habla mucho de ejes: cerebro-corazón, cerebro-intestino, etc. Pues bien, se ha descubierto que la microbiota se comunica en cuestión de segundos con el cerebro. La microbiota es ese conjunto de microorganismos que están principalmente en nuestro intestino. Si te da grima pensar que en tu tripa viven seres diminutos, no te gustará saber que te habitan más de cien billones de microbios de mil especies distintas. Viven en la boca, en la piel, en las mucosas y, sobre todo, en el colon. Ya ves, somos una multitud.

Antes de que te desmayes, volvamos a la microbiota. Es única para cada uno de nosotros y nos identifica como una huella dactilar. Ayuda a digerir los alimentos, a extraer de ellos energía, a eliminar toxinas, a fabricar vitaminas y a entrenar nuestro sistema inmunitario. Lo que comes le afecta y le dice al cerebro si has obtenido los nutrientes necesarios para mantenerte saludable. Habla mucho con él. De hecho, ambos órganos intercambian mensajes continuamente. ¡Son unos cotorras!

La neurocientífica Nazareth Castellanos aborda en una interesantísima entrevista los últimos avances de la ciencia en cuanto a la relación del cerebro con el resto del cuerpo. Entre otras revelaciones asombrosas, cuenta que la formación de nuevas neuronas en el cerebro adulto es fundamental para tener una memoria saludable. ¿Cómo se consigue? Con una buena microbiota y con ejercicio físico; en especial, de fuerza y cardiovascular. ¡Ponte las pilas!

La científica también dice que tenemos siete sentidos, no cinco. Además de los ya conocidos, está la interocepción, que es la información que le llega al cerebro de lo que pasa dentro de las vísceras. Por fortuna, es un sentido no consciente. ¿Te imaginas estar al tanto de lo que hablan tu hígado, tu páncreas, tu corazón? Menudo jaleo.

El séptimo es la propiocepción, que es el sentido de cómo está tu postura. Es interesante porque, por ejemplo, explica que si te sientas con la espalda curvada hacia delante, algo muy habitual cuando consultas tu teléfono móvil, el cerebro interpreta que estás mal, lo que perturba tu capacidad de memoria y aumenta el sesgo negativo. ¡Espalda recta!

Sonreír también es muy importante. Nazareth afirma que la cara es la parte del cuerpo más importante para el cerebro y, en especial, lo que está alrededor de la boca. Si sonríes, el cerebro piensa que todo va bien. ¡En serio! Así que sonríe. Aunque no tengas ganas, aunque te cueste, aunque solo seas capaz de hacer una extraña mueca.

Cómo nos cuesta cuidarnos. Estamos tan pendientes del mundo exterior, que a menudo olvidamos lo que sucede en nuestro interior. Tampoco tenemos ninguna conciencia de nuestro cuerpo y, aun teniéndola, somos perezosos. Un ejemplo: la ciencia ya no duda de que la meditación reduce la ansiedad. Sin embargo, una encuesta reciente preguntaba qué se prefería, si meditar o tomar un ansiolítico. ¡Ganaron las pastillas! No en vano, España es uno de los países del mundo en el que se consumen más ansiolíticos. Si meditar se te da fatal, este es tu libro.

Cuidarnos está en nuestras manos. Es tan importante mantener el equilibrio entre nuestro cuerpo y nuestra mente, que la Universidad de Stanford ha empezado a estudiar la amabilidad hacia uno mismo. Si nos cuidamos, cuidaremos también de nuestro entorno. Los descubrimientos científicos pueden ayudarnos ¡Nos falta tanto por aprender! Nazareth dice que «tenemos que estudiar más las fortalezas y bondades del ser humano, y no tanto la cantidad de estrés que tenemos y lo sinvergüenzas que podemos llegar a ser. De cada cien artículos que se publican sobre el estrés, solo se publica uno sobre las bondades humanas. Si supiéramos un poco más de las bondades humanas, a lo mejor seríamos más bondadosos.»

Si fuéramos bondadosos con nosotros mismos y con los demás, el mundo sería un lugar mejor. Un lugar amable. Un lugar alegre. Cuídate.

Fotografía: María Casado y Nazareth Castellanos en Las Tres Puertas.

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Publicado en Historia real Naturaleza

2 comentarios

  1. Olga de Greta Olga de Greta

    Un artículo interesantísimo para empezar el día. Gracias Virginia. Achuchones a Trufa!

    • Virginia Virginia

      Gracias a ti por leerlo. Que tengas un viernes estupendo!

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